Penúltima entrega del repaso que estoy haciendo desde hace unas semanas a los cómics de Daredevil. Hoy trataré la etapa de Ed Brubaker que comenzó inmediatamente después de que Bendis dejara la colección, se extendió a lo largo de algo más de tres años y fueron un total de cerca de 40 cómics. Coincidiendo con el cambio de autor al serie dejo el sello Marvel Knights, aunque continuaron con la numeración. Justo el último cómic de Brubaker se recuperó la numeración clásica y este cómic llevó un flamante 500 en la portada. Cosas del marketing y que a la larga no influyen en las historias.
Brubaker comenzó la serie con muchísima fuerza y su primera saga fue la mejor de todas las que escribió. En ella tuvo que lidiar con la peliaguda situación que le había dejado Bendis, sacar a DD de prisión y hacerle recuperar su estatus como vigilante de Hell´s Kitchen. La prisión se convirtió en una olla a presión a punto de estallar, ya que en allí se juntaron enemigos acérrimos como DD y Kingpin, a los que se les terminó uniendo Punisher. El propio Frank Castle fue el responsable de que Murdock finalmente pudiera salir. Una historia muy divertida, con acción y ritmo, cualidades que Brubaker dejaría poco a poco según iban pasando los meses.
Después de este demoledor Daredevil se colocó más o menos en una teórica casilla de salida. Las cosas volvían a estar como siempre y el guionista podía empezar a crear sus propias historias. Cogió una estructura más o menos fijas con sagas de 4 ó 5 números seguidas de otro número centrado en algún secundario.
Los secundarios de la serie fueron una de las grandes preocupaciones de DD durante esos años. Con el tema de su identidad secreta descubierta los enemigos de Daredevil centraron sus esfuerzos en los seres queridos del protagonista. Foggy por poco muere en la primera saga, incluso fue dado por muerto con funeral incluido. Ben Urich también sufrió en sus carnes ser amigo de Matt y hasta un criminal rehabilitado como el Gladiador volvió por el mal camino, cosa bastante habitual. Pero la que peor suerte sufrió fue Milla, la esposa de Matt. Mr Fear por medio de su gas del miedo hace que Milla pierda por completo la cabeza y deba ser ingresada en un hospital psiquiátrico, lugar en el que sigue a día de hoy. La idea sinceramente me pareció muy rebuscada y fuera de lugar.
De esta etapa destaca la creación de Lady Bullseye, una asesina de origen japones que quedó completamente fascinada cuando de pequeña vio uno de los trabajos de Bullseye hasta el punto de querer seguir sus pasos. Sinceramente este personaje aporta muy poco a toda la mitología de DD y resulta muy redundante. Con el paso del tiempo ha ido cayendo en el olvido y ha tenido muy pocas apariciones. Eso si el diseño que llevo a cabo Marko Djurdjevic es muy bueno.
Los casi cuarenta cómics de Brubaker en la colección no puede decirse que fueran malos, pero si que no llegaron a mostrar todo el potencial. La cosa arranco con mucha potencia pero el guionista fue cayendo en el error habitual de otros autores, centrarse en las desgracias del personaje. DD da para mucho más que ser constantemente maltratado y sucesos como el de Milla resultaron repetitivos. Bendis siguió los pasos de Miller. Brubaker debió haber optado por algo nuevo, no por seguir la línea de estos autores. Con todo ya os digo que la etapa tenía puntos positivos y quizá lo peor fueron las altas espectativas que generó el autor a su llegada gracias a sus trabajos previos y su espectacular primera saga.
Brubaker contó con muy buenos colaboradores a lo largo de su etapa en la colección. Una de las sagas fue coguionizada con Greg Rucka. Esta historia fue de las mejores y volvió a reunir al mítico equipo creativo de Gotham Central. El dibujante principal con el que contó Brubaker fue Michael Lark, artista con el que ya había colaborado en series como La escena del crimen o la citada Gotham Central. Me encanta Lark y su estilo es perfecto para series como esta de DD donde vemos a los supers moviéndose por ambientes sucios, urbanos y oscuros. Algunos números contaron con los lápices del español David Aja, que hizo un trabajo sensacional y subió aún más el nivel artístico de la serie.
Mención especial se merecen los portadistas y es que durante esos años la colección de DD contó con dos de los mejores portadistas de todos los tiempos. Primero fue Lee Bermejo y después le pasó el testigo a Marko Djurdjevic. Ambos autores dejaron algunas de las escenas más impactantes de los cincuenta años de trayectoria del personaje. Por aquí os dejo algunas de estas portadas.
Todos los cómics de Brubaker en la colección fueron publicados en grapa hace unos años. De hecho nada más acabar la etapa de este autor DD empezó a publicarse en tomo. Al igual que pasó con Bendis la etapa gana mucho leída del tirón o al menos por arcos argumentales. Echadle un vistazo si tenéis ocasión.
Después de Brubaker cogió la colección Andy Diggle. Este autor no es malo, tiene cómics muy interesantes como Los perdedores, Adam Strange o diversas historias en la 2000AD, revista de la que fue editor durante un corto periodo de tiempo, pero en DD nos dejó unas historias muy malas. La primera saga no estuvo del todo mal, pero intentaba seguir la estela de Miller, Bendis o Brubaker y, sinceramente, Diggle no dio la talla.
La gran saga de Tierra de sombras fue un aburrimiento total, sin sentido, metiendo con calzador conceptos que nada tenían que ver con el personaje y con un dibujo horrible de Billy Tan. La idea era hacer un evento centrado en DD y que reuniera a los principales personajes de corte urbano de Marvel. El resultado fue un despropósito sin pies ni cabeza del que a día de hoy nadie se acuerda. Lo único que ha trascendido es el asesinato de Bullseye a manos de DD, por lo demás nada que destacar.
Los cómics de Diggle fueron publicados por Panini en tomos 100% Marvel hace no mucho, se pueden encontrar a día de hoy facilmente en las tiendas o por internet. Aunque sinceramente creo que después de los cómics de Brubaker se puede pasar directamente a los de Waid, que son de los que me encargaré el miércoles que viene.
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