martes, 18 de octubre de 2011
Walking Dead primera temporada.
Ayer volvieron los muertos vivientes a pasearse por la pequeña pantalla, momento que aproveché para hacer una revisión de la temporada original y animarme a escribir unas líneas sobre ella.
El primer capítulo me pareció simplemente brillante, captando toda la esencia del cómic y dándonos escenas muy elaboradas que nada tienen que envidiar a cualquier superproducción de Hollywood. Escenas sobrecogedoras y que en ningún momento escondían nada detrás de la oscuridad o con trucos de cámara. A todo esto le añadimos una banda sonora sobrecogedora tenemos una pasada absoluta.
El problema vino en los siguientes episodios que bajaba la intensidad bastante. Había menos tensión y los personajes, en su mayoría nuevos, no acababan de convencerme. Rick o Glenn son exactamente como los vistos en las viñetas pero algunos de los nuevos, de los que ni me quedé con el nombre, pasan totalmente desapercibidos. Otro problema es que escenas que en el cómic quedan bien, en imagen real chirrían bastante. Por ejemplo la parte en que se cubren con las vísceras para atravesar a la horda, en el cómic queda genial pero en la pantalla no tanto.
Pasado el ecuador de la serie llegamos al desenlace en los dos últimos capítulos que remontan el nivel y nos dejan con ganas de más. En uno de ellos tenemos la típica poda de personajes que de vez en cuando tenemos en el cómic donde los zombies atacan a los supervivientes y los dejan mermados tanto de número como de espíritu. El último nos ofrece un falso final en el que los protagonistas parece que han encontrado un lugar seguro en el que asentarse pero que finalmente no es más que una trampa más. Todo ello junto a nuevas dudas e incógnitas que hacen que la espera hasta ver la continuación este año haya sido más dura de lo inicialmente previsto.
La serie toma como base el cómic pero traza su propio camino y añade multitud de situaciones y personajes nuevos. En principio esto esta bien ya que los lectores del cómic nos permite poder disfrutar de las novedades y llevarnos alguna sorpresa. Todos sabíamos que Shane y Lori tenían algo más que amistad pero lo nos ha sorprendido es como acaba Shane al final del último capítulo. Los personajes nuevos no me acaban de gustar en su mayoría, creo que salvo Dixon el resto pues como que ni fu ni fa. Los que si están bordados son los que conocemos del cómic en especial Rick.
Uno de los aciertos de la serie es su duración. Ultimamente me cansa ver temporadas como las de Perdidos de veintitantos capítulos de casi una hora. Esto esta bien para series cómicas como Big Bang que duran poco más de 20 minutos y no tienen una trama fija que seguir. Para este tipo de series prefiero que las temporadas sean cortas, de 12 episodios como máximo. Los 6 de la primera temporada de Walking Dead son una buena duración y viendo como acaba deja con ganas de más. Siempre creo que es mejor esta sensación que no la de ir contando lo que queda para el final.
Walking Dead dista mucho de ser una serie perfecta. Tiene muchísimos aciertos en especial a nivel técnico pero a la trama le falta algo de gancho. Con el material de base que tiene no se puede permitir esto. Espero que en esta segunda temporada consigan pulir estos defectos y alcanzar lo que todos esperamos de ella.
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