Hace poco volví a ver Watchmen de nuevo después de algo más de dos años desde su estreno en cines. Cuando la vi en el cine me gustó mucho, me pareció una adaptación más que digna de la obra más importante dentro del género de superhéroes. Me esperaba que fuera a ser una película buena a nivel visual pero salí sorprendido de ver como había conseguido contar casi por completo toda la historia de Moore y Gibson.
En este nuevo visionado, después de este tiempo y ya sin la campaña publicitaria ni haber leído el cómic en bastante tiempo, tengo otra perpectiva de la película. Recuerdo que una de las principales críticas que tubo fue que era difícil de seguir, que era muy densa y liosa. Lo cual es cierto, son dos horas y media de metraje donde el director consigue meter casi todos los detalles del cómic original y eso es mucho. Lo que en un principio es una historia urbana, de justicieros callejeros, empieza a complicarse poco a poco hasta llegar a puntos casi filosóficos gracias al doctor Manhattan. Estos elementos fueron lo que hicieron grande al cómic pero para los que busquen una película ligera de superhéroes puede resultar excesivo.
Watchmen es una obra compleja y la adaptación llevada a cabo por Zack Snyder para mi fue la única posible. El cómic tiene características propias imposibles de plasmar en la pantalla. Es una obra simétrica, si coges el tomo vez como cada capítulo de la primera mitad tiene su equivalente pasada la segunda mitad. Todo el tema de la ley que suprimió a los justicieros o que les paso a los anteriores héroes se deja caer muy ligeramente en la película y pasa muy desapercibido. De hecho casi todo esto sale en la alucinante secuencia de créditos inicial.
Merece la pena volver a ver esta película y si tenéis ocasión probadla en original que no os arrepentiréis. No suelo ser de los que critican el doblaje español pero la película gana bastante en versión original. La voz de Rorschach o el doctor Manhanttan en original son espectaculares.
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